ALERTA: LA FAUNA ANTÁRTICA ESTÁ EN PELIGRO POR LOS BARCOS TURÍSTICOS

James Morris - Jan 18, 2022
0
Escuchá este artículo 00:04:41
Your browser doesn’t support HTML5 audio

La masificación del turismo en la Antártida, uno de los últimos santuarios del planeta, plantea una serie de problemas medioambientales. Entre otros, el riesgo de que especies marinas no autóctonas invadan la biodiversidad polar.

Mientras el continente blanco es el sueño de cada vez más viajeros, el turismo en la Antártida es una aberración medioambiental. Además de contaminar y perjudicar a los animales terrestres, estas expediciones, que cuestan hasta 15.000 euros y están reservadas a una determinada élite, amenazan la fauna marina de este frágil ecosistema.

En efecto, los barcos turísticos procedentes de todo el mundo traen en sus cascos especies invasoras a las aguas del Océano Austral. Esto es precisamente lo que revela un estudio publicado recientemente por el British Antarctic Survey y la Universidad de Cambridge.

El informe, centrado en los buques de pesca y turismo que visitan regularmente esta remota región, revela que los barcos que navegan por la costa antártica proceden de 1.500 puertos de todo el mundo. Y eso es problemático. Porque "casi cualquier lugar puede ser una fuente potencial de especies invasoras [que] pueden cambiar por completo un ecosistema", dijo el investigador Arlie McCarthy, de la Universidad de Cambridge. "Pueden crear hábitats completamente nuevos que harían más difícil para los animales antárticos encontrar su propio lugar para vivir".

Posibles invasores: Mejillones, cangrejos y algas

Los invasores potenciales incluyen cualquier especie marina que pueda adherirse al casco de un barco y sobrevivir al viaje hasta la Antártida. Los mejillones, los percebes, los cangrejos y las algas son especialmente preocupantes porque se adhieren a los cascos en un proceso llamado bioincrustación. Los mejillones, por ejemplo, pueden sobrevivir en aguas polares y extenderse fácilmente, amenazando la vida marina en el fondo del mar. Su filtración del agua altera la cadena alimentaria marina y la química del agua que los rodea.

Las especies autóctonas de la Antártida son singularmente frágiles, ya que "han estado aisladas durante los últimos 15 a 30 millones de años", afirma David Aldridge, profesor de la Universidad de Cambridge. Las especies invasoras representan una de las mayores amenazas para la biodiversidad de la región. Y el riesgo de perder especies endémicas es, por tanto, mayor en la Antártida debido a los barcos turísticos.

Es cierto que los barcos turísticos traen algunas especies potencialmente invasoras. Pero de momento no se están extendiendo. La Antártida sigue siendo "el último lugar del mundo donde no tenemos especies marinas invasoras. Así que [todavía] tenemos la oportunidad de protegerla", dice Arlie McCarthy.

Cascos limpios e inspeccionados

Para garantizar que las nuevas especies no alteren los frágiles hábitats del Polo Sur, los científicos piden la aplicación urgente de normas estrictas para los barcos. Las medidas actuales, que consisten en la limpieza de los cascos de los barcos, sólo están en vigor en algunos puertos de entrada a las puertas del continente.

El British Antarctic Survey, operador nacional británico en la Antártida, utiliza perros rastreadores para buscar ratas o ratones a bordo de los buques de investigación. Pero la organización quiere ahora "mejorar los protocolos de bioseguridad" y tomar más precauciones para salvaguardar las aguas australes. Esto significa, por ejemplo, inspeccionar los cascos de los barcos con cámaras y limpiarlos con más frecuencia.

Estas medidas son especialmente importantes ante el cambio climático, que sugiere nuevas amenazas, como el aumento de la temperatura de los océanos.

Más de 70.000 viajeros en un año

Para determinar el peso del tráfico en el continente más meridional del planeta y la procedencia de los barcos, los equipos de investigación utilizaron datos de satélites y bases de datos de transporte marítimo internacional.

Por ello, los barcos que conectan las zonas más aisladas de la Antártida con los 1.500 puertos de todo el mundo proceden principalmente de Sudamérica y Europa. El estudio también reveló que el turismo representa el 67% de las visitas a la Antártida, muy por delante de los viajes de investigación, que suponen el 21%, y la pesca, el 7%.

Según la Asociación Internacional de Operadores Turísticos de la Antártida, en la temporada 2019-2020 han visitado la región más de 70.000 personas. Aunque la zona se ha visto alterada por la pandemia de Covid-19, esa cifra ha aumentado de forma constante desde que los primeros cientos de visitantes de Chile y Argentina llegaron a las Islas Shetland del Sur en la década de 1950.

Pero la masificación de los turistas no está exenta de consecuencias. "Dondequiera que vayan estos barcos, vemos otro tipo de impacto humano en el medio ambiente, ya sea por el vertido accidental de residuos, la contaminación, las colisiones con la fauna o la contaminación acústica", advierte Arlie McCarthy.

Artículos relacionados

Comentarios

Añadir un comentario